Los metales pesados son un grupo de elementos químicos que presentan alta densidad.
Los más susceptibles de estar presentes en el agua de consumo humano son el mercurio, níquel, cobre, plomo y cromo, aunque también pueden aparecer otros como el hierro, arsénico, cadmio, etc.
La intoxicación por metales pesados puede provocar problemas graves de salud, como daño a órganos, cambios de comportamiento y dificultades con el pensamiento y la memoria. Los síntomas específicos y cómo lo afectan a usted dependen del tipo de metal y de cuánto hay en el cuerpo.